sábado, 18 de julio de 2020

Alessandro Valerio: Tierra como materia, simbolismo y significado

En varios textos acerca del arte actual, publicados en este blog u otros medios de comunicación, insisto en contrastar la manera como el artista hoy observa la naturaleza, el paisaje, la materia viva del planeta. Si ayer se interesó manifestar una percepción del entorno como un todo, pintado, dibujado, grabado, fotografiado en el cuadro, hoy en día, el individuo creativo se sumerge bajo la piel del planeta para que de esa conjunción, emerja un arte donde la materia es tierra, y el significado devela secretos los cuales son explorados y explotados, no solo por el arte, sino por la ciencia.


Alessandro Valerio. Maíz Pujagua, 
instalación Salón Nacional del Museo de Arte Costarricense, 2019. 


La tierra como materia, la tierra como simbolismo de “madre dadora” (la pachamama) para las culturas originarias del continente, o, la tierra como significado en el arte contemporáneo. Son ejes a explorar con esta entrevista a Alessandro Valerio, quien trabaja desde sus inicios cuando cursó la licenciatura en la Escuela de Arte y Comunicación Visual, Universidad Nacional, Costa Rica, y hoy, lo aborda en sus estudios de maestría en la Universidad Autónoma de México (UNAM).

 

¿Que te aporta en tu práctica artística la tierra?

Es un material vivo lo que permite pensar en ella, no solamente como objeto artístico sino como un sujeto, en tanto aporta en distintas formas al habitar del ser humano. Por mencionar dos ejemplos, en ésta se descomponen millones de microorganismos de montaña gracias a la humedad y nutrientes del suelo. Estos agentes, en procesos de fermentación, pueden convertirse en abonos, ya sea para el suelo agrícola, o en sustentos que promuevan la biorremediación de los ríos, lagunas y lagos. 



Alessandro Valerio. 86Hz Premio Bienal Arte Tridimensional 2018.
Museo Municipal de Cartago.

 

La dimensión funcional de la tierra es vital para desarrollar proyectos artísticos y si se considera la tierra dentro de su giro ontológico, es decir, dejar de pensarla como objeto y considerarla como un sujeto dador de vida. Pensando más allá de su objetualidad en una escultura o instalación, sino entendiendo este material como componente activo de todo el proceso creativo. La tierra me aporta desde ahí, desde su funcionalidad, cargada de pequeños ritos que hoy en día llamamos procesos técnicos. 

 

¿Como explicas con tu creación visual e investigación, ese simbolismo de la tierra?

Voy a explicarlo continuando con los dos ejemplos que mencioné anteriormente. Para el primero en relación a la función de la tierra como suelo agrícola, haré reminiscencia a la pieza Maíz Pujagua, expuesta en el pasado Salón Nacional del Museo de Arte Costarricense, 2019. Como parte del proceso de esta pieza, tuve que sembrar el maíz pujagua debido a su difícil acceso y casi extinción en Costa Rica, ya que posteriormente en sus frutos encontraría las tuzas moradas con las cuales realice el montaje sobre la pared del museo. 




Alessandro Valerio. Intervención al entorno del río Tibás. 2016.


La tierra, como soporte agrícola se encuentra cargado de un simbolismo vital en relación a como la habitamos. Particularmente como parte del simbolismo de esta pieza la siembra fue compartida con mi abuelo y padre, lo que cargo todo el proceso de anécdotas, trabajo, meriendas y madrugadas compartidas; promoviendo nuestros vínculos filiales. 

 

En el segundo ejemplo en relación a la función de la tierra como sustento de procesos de biorremediación de ríos y lagos, haré reminiscencia al proyecto que estoy desarrollando actualmente Hidrografismos [Mecanismo para un dibujo compartido]. Como parte del proceso de este proyecto estoy cultivando microorganismos de montaña (MM), los cuales obtengo al recolectar la hojarasca que encuentro en los bosques junto al río, ya que la tierra descompone estas hojas produciendo en ellas hongos altamente nutritivos. Luego de tres meses de fermentación puedo mezclar los MM con pigmentos vegetales que permitirán a las personas que frecuentan estos espacios dibujar en el río, no solamente a través de su pigmentación sino también, siendo parte de su proceso de biorremediación. Acá la tierra es simbolismo de esperanza como parte de un proceso sustentable con nuestro entorno. 











Alessandro Valerio Sustracción. 2017. 
Instalación con tierra y tablee y hormigas.

 

Y, ¿cómo reinventas la percepción de esta materia origen en arte, para tener un ángulo de visión tuyo, propio, y su singularidad como componente de la cultura actual?

La materia orgánica siempre ha activado impulsos de interiorización del ambiente en las personas. La epistemología genética dice que conocemos el mundo en cuanto nos situamos en él, transformando su materia gracias a la interacción sujeto-objeto-entorno (Piaget). Y yo no me considero exento a esto, en cuanto mi interiorización y construcción de subjetividad se desarrolla solamente en la relación con el paisaje. Para ello las caminatas periódicas refrescan y renuevan esa visión efímera y cíclica de la tierra como materia.

 

En mi caso personal, caminar es sinónimo de pensar, analizar, sintetizar. ¿Qué aprendes al caminar

El caminar implica re-conocer el paisaje para poder observar, recolectar y registrar sus transformaciones constantes; reinventando así mi percepción e interioridad del ambiente en cada caminata. Durante estos trayectos me doy cuenta que dichosamente padezco de topophilia, y que en esta condición reafirmo mis vínculos afectivos con la tierra y el paisaje que habito.

 

¿Crées que en la tierra hay algo de espiritual?, ¿cómo explicas en esa decisión de buscar, de escarbar significados?

Claro que sí, en el instante en que buscamos y otorgamos significados a la tierra, estamos inmersos en procesos existenciales/espirituales. La simple necesidad de generar preguntas y la dotación a los objetos de una carga simbólica para responderlas, es esa parte esencial que estructura todas las religiones y creencias culturales. Mircea Eliade en su texto Tratado Historia de las Religiones lo deja muy claro, al denominar estos procesos como hierofanías o kratofanias. En las hierofanías este simbolismo es sacro y en las kratofanias posee una connotación profana, pero lo importante acá es como estos actos reafirman nuestra existencia en el mundo, permitiéndonos habitarlo, cuestionando las capas de realidad en las que nos desenvolvemos. Lo espiritual no es más que nuestra conciencia, afirmando su existencia en el espacio/tiempo de cada rito que realizamos en relación a la tierra que pisamos. 



Alessandro Valerio. Hidrografismos. 2020. 


 

Al observar en retrospectiva tu trabajo, me percato que te interesa además la capa que recubre la tierra, la piel verde con sus formas de vida y que has hecho patente en tus trabajos de estudiante. ¿Cómo observas hoy, esa práctica en los cauces de los ríos y la ecología aledaña?

La observó como un devenir continuo en mi trabajo, similar al agua del río. Va y viene. Esta observación-participante en mi práctica artística es la que genera y estructura mis procesos creativos, y como mencioné antes, sin las caminatas no sería posible.  Anteriormente en las intervenciones en el paisaje realizadas en el río Tibás, me interese mucho por las cualidades estéticas de estas formas de vida, aprovechando sus verdes intensos u ocres, tonos florales, pigmentos naturales y demás texturas minerales; luego, en el río Torres, indague más sobre las cargas históricas y sociales que tiene este cauce. Pero hoy, me inclino más por las maneras en que habitamos estos paisajes, y como para mejorar esto, la gestión ambiental-cultural cumple un papel determinante en la integración de las personas con sus ríos aledaños. Esta gestión sin dejar de lado la experiencia estética, puede ser una herramienta útil para fomentar una nueva cultura de río.

 

¿Te interesan otros de los elementos origen además de la tierra, el fuego, el agua, el aire?

Si me interesa especialmente el agua, en tanto: “es el órgano sensorial de la naturaleza, percibe y transmite lo que el entorno le comunica.”[1] La autora Esther Nieto hace referencia en esta cita a este elemento como el catalizador de la sensibilidad. El recurso líquido provee de vida, sensibilidad e información cultural a nuestras sociedades, en su mayoría las ciudades se han construido en relación a sus cauces y cuerpos de agua. En el caso de los ríos son símbolo de movimiento, cambio, flujo y su dimensión lineal me hace eco a muchas ideas visuales que me interesa desarrollar por medio del dibujo expandido. De igual manera entiendo que estos elementos origen son un sistema complejo, que en conjunto son soporte de la vida por lo que su separación deberá ser sólo operativa en función de mejorar su entendimiento. 



Alessandro Valerio. Hidrografismos. 2020. 

 

¿Cual es tu principal preocupación actual, lo cual adelantas en tus estudios de maestría en México?

Desde que llegué a este país, me di cuenta que siempre había trabajado con el tema del agua y de los ríos, pero casi no había explorado este elemento como material o soporte directo de mis intervenciones en el paisaje. En este sentido el dibujo expandido me ha ayudado mucho, en el proyecto Hidrografismos [Mecanismo para un dibujo compartido] estoy diseñando un dispositivo lúdico que con la activación de dos personas, accione una experiencia gráfica, sonora y biológica sobre el río. Otros proyectos se relacionan directamente con la acción del caminar como mapeo y registro del paisaje. Pero ambos proyectos se ligan directamente a los eventos de gestión ambiental-cultural comunitaria que desarrolló en conjunto con el Colectivo7, por lo que el trabajo colectivo y la participación para la comunicación han sido elementos que han ido tomando mayor relevancia en mi trabajo y en mi forma de pensar. 

 

Por otro lado. el concepto de ecoestética, ha venido afinando el sustento teórico-filosófico de mi práctica artística, conjugando las nociones de un saber sintiendo, un saber haciendo y un saber comunicando. Como parte de esa estructura conceptual de las experiencias ecoestéticas que buscó promover en función de una visión menos centralizada del arte y más abierta a la vida y su aplicabilidad en la esfera pública, como es el caso de las sociedades civiles y colectivos con objetivos sustentables comunitarios.

 

¿Se hace teoría a partir de esta práctica actual, te interesa esa parte del pensamiento y reflexión sobre la materia origen? 

Me parece que sí, en cuanto se posiciona al arte como forma de pensamiento. Considero urgente concebir herramientas teórico-prácticas para afrontar el estudio sensible de los espacios y sus habitantes, desde una perspectiva interdisciplinaria con énfasis en el pensamiento flexible y complejo del campo de las artes. Para ello la ecoestética promueve otras formas de conocimiento colectivo.

 

La Ecoestética etimológicamente es un concepto compuesto: su prefijo eco, se refiere al oikos o casa y estética o aisthesís describe la interpretación subjetiva que los seres humanos hacen de la realidad (el mundo y sus objetos) que los rodea.  Ambas definiciones conceptuales unifican dos acepciones que al parecer ya estaban inscritas en lo esencial del concepto de aisthesís. Me refiero a ese ser humano, que no solo es humano, sino que es ser porque está, mientras se sabe en el mundo, o ambiente/casa que lo rodea. Esta dimensión ontológica del concepto de estética se concluye con la referencia a ese estar en el ambiente que circunda, podríamos recordar el Da-Sein de Heidegger, como ese ser en el mundo o el homo ambiens de Félix Duque como ese ser que abraza la materia origen en la que habita. 

 

Importante, para concluir con este acercamiento al pensamiento de Alessandro Valerio, destacar lo aportado a la investigacióEspiritualidad SIN Religión, que hasta el momento iniciamos apreciando el concepto tratado por el arte joven. Esta reflexión me lleva hacia atrás en mi memoria y recordar una entrevista que hice en los noventas del siglo pasado al arquitecto y pintor Rafael Angel García, en ella el maestro dijo que nuestras ciudades dieron la espalda a los ríos y esas cuencas donde encontramos tesoros naturales. Me motivaba a recordar que las grandes ciudades -Florencia, París, Roma, entre otras-, crecieron dando la cara a grandes ríos que son componentes de su historia y memoria.

 



[1] María Esther Nieto. (2020). La U en las olas. Revista de la Universidad de México, Núm. 861 AGUA, 84.

1 comentario:

Brieri dijo...

Muy impactante los dibujos "Hidrografismos" expuestos aquí, delirantes, de alguna manera nacidas del agua, no sé como, con detalles que succionen el ojo sin soltar su sentido latente; magníficos pero perturbantes. Felicidades, Alessandro.